Wednesday, 28 November 2007

NUMBERS


Pequeño balance-recapitulación del ocio de un año:

2500 discos
100 libros
75 películas
25 conciertos
4 países
35000 km en coche (algunos más en avión)
partidas de billar: perdida la cuenta
cafés, tés, coca-colas: cuenta aún más perdida que la anterior
posts: los del blog
horas de docencia: esas no me apetece contarlas pero también son ocio.
chistes: 3 diarios?
......
.....
el resto a la imaginación del lector...

Conclusión I: debería haber jugado más al billar (ver La Lucha contra el Demonio en este blog).

Conclusión II: me pillo unas vacaciones?

Pd: Ahora me voy a la cama que mañana tengo 12 horas de trabajo y se me están ocurriendo 3 o 4 entradas y conozco a mi demonio personal. Las dejo para la semana que viene. Que ustedes lo pasen bien. Estaré por aquí hasta el viernes. Este fin de semana me lo tomo libre.

HATE


El sistema educativo siempre me ha resultado muy aburrido y sus métodos de evaluación, poco más que patéticos e ineficientes, ni siquiera entran en la categoría anterior, con fortuna puede que lleguen a soporíferos. En cuanto pude, salí huyendo, para volver a entrar, claro está, por la puerta de servicio y aprovecharme pragmáticamente de sus ventajas. Ahora me da de comer, que no es poco, e intento "revolucionarlo" desde dentro. Llámenme iluso, utópico si les gusta más, que yo como si oyera llover y en esta tierra hacen falta unas gotas.
Dicen que todo está en los libros. En mi caso también en los cómics. A temprana edad, cuando me aburrí de jugar al ajedrez cada vez que me pedían con delicadeza que abandonara el aula, cuando hacía el cubo de Rubik con los ojos cerrados en las horas muertas que pasaba en los pasillos, me enganché a los cómics. Siempre aparecía algún compañero que no me "odiaba" por sacar mejores notas y ser infinitamente más pasota, y me prestaba el último número de Daredevil.
Ser autodidacta tiene muchas ventajas. Argüirán ustedes que, a la par que uno aprende dentro de un sistema, se socializa, pero el buey solo bien se relame y mejor relamerse solo que mal acompañado. Por otra parte, está feo poner un esparadrapo en la boca de un profesor o llamarlo al móvil el domingo a las cuatro de la mañana para preguntarle las dudas del examen del lunes. Con los libros no pasa eso, los abres cuando quieres, los cierras cuando estás hasta las orejas y te repiten las cosas básicamente hasta que te aburras de releerlas. Con saber español medianamente bien la vida de estudiante debería resultar casi agradable.
Le debo a los tebeos, como los llamaba mi primo al que robaba Sacarinos, Mortadelos, Zipis y Zapes y 13 Rues, un alto porcentaje de mis conocimientos. Es un género tradicionalmente denostado y que entró en crisis pero...albricias!, gozamos de nuevo de una época de esplendor en la que se están reeditando cosas estupendas, algunas más clásicas como la obra de Eisner y otras un poco más modernas, como la que les traigo hoy aquí. Le agradezco a Fruno su filantropía desmedida, siempre compartiendo inquietudes con los que leen su blog, y su recomendación de la obra de Peter Bagge. En concreto HATE!!.

Sinopsis:

"Son los primeros años noventa. La explosión del grunge. Después de dar varios tumbos de New Jersey a Minneapolis, el veinteañero y misántropo Buddy Bradley está a punto de establecerse en Seattle. Allí va a currar en un almacén de libros viejos y compartirá apartamento con su colega Apestoso, un chalado con propensión a meterse en el cuerpo todo tipo de droga y capaz de vender a su madre por echar un polvo, y con un negro asocial y fanático de los fanzines llamado George Hamilton III.

Ellos y toda una tropa de secundarios patéticos entre los que destacan la pija de Valerie, la neurótica Lisa o el garrulazo de Butch, hermano pequeño y patriota de Buddy, son los protagonistas de Odio, la última gran novela generacional del siglo XX y obra maestra del cómic underground norteamericano".

CIRCUS

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo"


La primera y única vez que fui al circo fue algo mágico. Me resultaban fascinantes incluso aquellas tiras naranjas interminables, llenas de números, de la rifa. Casi veinticinco años después "volví" al circo. Un circo estático protagonista de Masquerade & Spectacle, una exhibición temática de obras de Jack B. Yeats que tuvo lugar en la National Gallery of The Ireland el verano pasado. Es una pena que la mayoría de las obras pertenecieran a colecciones privadas y sea difícil poder volver a contemplarlas, porque producen una sensación de realidad onírica, si me permiten el oxímoron. Juzguen ustedes y, ya que es francamente complicado encontrar en la red buenas imágenes de la exposición, al menos les dejo deleitarse con un poema del hermano del pintor, William Butler Yeats.


The Valley of the Black Pig.

The dews drop slowly and dreams gather: unknown spears
suddenly hurtle before my dream-wakened eyes,
and then the clash of fallen horsemen and the cries
of unknown perishing armies beat about my ears.
We who still labour by the cromlech of the shore,
the grey cairn on the hill, when day sinks drowned in dew,
being weary of the world's empires, bow down to you,
master of the still stars and of the flaming door.

El valle del cerdo negro.

Cae el rocío lentamente y se agolpan los sueños:
venablos extraños vuelan de repente ante mis ojos
que el sueño despertara,
y el estrépito de jinetes caídos y los gritos
de ejércitos extraños pereciendo golpean mis oídos.
Nosotros, que cuando el día se ahoga en el rocío,
todavía trabajamos junto al dolmen de la costa
y al gris sepulcro en la colina,
fatigados en los imperios del mundo, ante ti nos postramos,
señor de las estrellas quietas y la puerta llameante.




"Muchos años después, frente al dolmen de Poulnabrone, el Loco Oficial había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el circo".

Tuesday, 27 November 2007

CRC



Frontline Assembly - Circuitry



Imaginen ustedes que, por visicitudes de la post-vida, se reencarnan en un bit y se pasan la subsiguiente existencia de aquí para allá viajando, ora encriptados, ora "a pelo", hacinados en paquetes de datos, casi sin poder respirar. Hasta ahí la cosa no pinta tan mal, puede ser peor. Qué hacen si se pierden? llaman al 012?. Se pueden perder en lugares insospechados. Por ejemplo cuando un "ser superior" graba un DVD con ficheros comprimidos en formato .rar y, al intentar un buen día recuperar la información a su disco duro, le dice su sistema operativo que naranjas de la china, que se ha producido un error en el control de redundancia cíclica y justamente son ustedes los bits que se han perdido. No sé si con una buena lupa se arreglaría la cosa. Más lastimoso aún sería que estuvieran viajando por las redes locales del Departamento de Defensa de los Estados Unidos y su pérdida provocara otra Guerra Fría. Qué hacen ahora? , ponen a todas las máquinas a jugar al buscaminas mientras suena la banda sonora de Grease, al estilo de la película Juegos de Guerra ?
No sé cómo decir que para qué necesita saber un alumno de un medio rural la aritmética que gobierna el maravilloso mundo de los polinomios. Acaso va a estudiar control digital y de mayor se va a dedicar al diseño de balanzas, estudiando con ahínco la función de transferencia, viendo si el sistema es demasiado amortiguado, buscando fanáticamente ceros y polos?. Ya que no me toca a mí cambiar el currículo creo que próximamente les voy a contar unas batallitas relacionadas con el CRC, así amigablemente, como el que no quiere la cosa, les hablo un poco de los algoritmos de compresión de datos que tanto les molan como el Mp3, de los programas P2P, y al final les diré, para hacerles un poco más atractiva la asignatura, que con arena de patio un poco refinada se hacen ordenadores y que, gracias a sus "poligonios", lo flipan en internet chateando con la chica de la clase de al lado por la que beben los vientos, que gracias al CRC, sus besos cibernéticos no se pierden y no les llegan al compañero de al lado, que podría pensar cosas raras.
Y a partir de aquí, los que detesten las matemáticas como lo haría un niño de la E.S.O pueden dejar de leer (tu no Miriam, que este post es para ti). Lo que viene a continuación son unos enlaces estupendos que explican de un modo menos jocoso en qué consiste esta nueva pazguatada que se me ha ocurrido traer al blog, el CRC (Cyclic Redundancy Check).

LINKS:

Cyclic Redundancy Check I
Cyclic Redundancy Check II
Mathematics of CRC

Por cierto, si tienen alguna duda, mi hora de tutoría es los jueves a tercera, justo después del segundo recreo (10:35 - 11:25). O pueden escribirme a: hipsterbopper@gmail.com (no se preocupen que gracias al CRC no se perderá un solo bit de sus mails).

Monday, 26 November 2007

Tržnica (Mercado) - Kolya II

Kolya había aparcado su viejo coche azul sobre el pavimento, demasiado liso, tanto que casi le hizo resbalar. Mientras anudaba la lona gastada, sus sandalias habían hecho un falso movimiento. Estaba convencido de que habían sido sus malditas sandalias, no sus pies. La mañana en el mercado no le había reportado gran beneficio. Cierto es que comerciar con cebollas no supone un margen comercial óptimo - pensaba - pero ya nadie quiere comprar cubos de zinc. Otra vez era el último en recoger pero no le importaba. Nadie le esperaba en casa. Los gatos del solar ni siquiera eran suyos, ni siquiera se pertenecían a sí mismos, no eran más que criaturas caprichosas de la naturaleza, ¿quién tendría si no, imaginación suficiente para inventar un animal así?. Estos y no otros eran sus pensamientos. Él mismo bostezaba y se estiraba ahora como un gato. Estaba cansado. Se puso de cuclillas y sus meniscos rechinaron en un mohín arcaico. Contempló un instante el segundero de su reloj, giraba en el sentido correcto. Deseando no ser observado se rascó hábil y concienzudamente el trasero y avanzó unos pasos. Volvió a rascarse. El mercado olía mal. Aproximadamente a esa hora siempre entraba en una pequeña crisis. La falta de apetito que le acompañaba durante la mañana le jugaba una mala pasada, y era justo entonces. Medio mareado alternaba mordiscos de una cebolla y un mendrugo de pan.
Apenas he sacado en limpio sesenta kunas pero qué más da. Necesito algo de compañía. Hace mucho que no huelo el perfume de una mujer. Mañana quizá no desayune pero al menos hoy sé que dormiré abrazado, aunque sea un abrazo fingido. No podré comprar el cariño pero si puedo comprar la compañía y Masha ya me conoce. No será como la primera vez, ni como la segunda. Parece que nos conocemos desde siempre. Antes era un desahogo físico, ahora sigue siendo un desahogo, pero espiritual. No es que el placer se haya sublimado, más bien es que la soledad siempre estuvo allí, agazapada, y por fin le veo la cara. Ya no la temo porque la conozco. Iré a compartirla con ella. Qué se puede hacer en una ciudad portuaria donde las calles huelen descaradamente a pescado. Libertad es no tener que elegir así que soy libre, no elegí estar solo. No lo seré esta tarde hasta que el vaho de Masha consiga calentarme por unos instantes. Porque tengo elección y no sé alejarme. Me acerco al puerto y observo el mar. Eso me preocupa, sentir la libertad al masticar burek sabiendo que no hay nada más y, sin haber amanecido aún, arrancar este viejo diesel corroído por el salitre.
Una ráfaga de brisa estival refrescaba su cara tostada y enjuta. El paseo marítimo no lo conduciría a ningún sitio en particular. Se dejaba llevar por sus sandalias, imperceptiblemente, como la resaca del agua le hubiera llevado mar adentro, lejos de la costa del Adriático. El fluir de las corrientes cálidas, las imágenes poéticas que recrea el elemento líquido, sin ser consciente, le sosegaban. Todo lo que tiene de femenino y maternal el agua, esa palabra tan rica e insípida al mismo tiempo puede tenerlo de violento. Y, sin embargo, ahí estaban, el agua y sus sueños desvanecidos, las aguas y el olvido. Definitivamente se había olvidado de sí mismo. Si una orquesta tocara una sinfonía y nadie estuviera allí para oírla, ¿sonaría?. Kolya era una canción que nadie bailaba y no por ser triste, porque la tristeza conmueve y Kolya no movía el ánimo. Kolya era una canción que no sonaba nunca, o mejor dicho, que nunca fue cantada.


Saturday, 24 November 2007

AUSCHWITZ I


4:23 pm. El té verde con hierbabuena humea y de fondo se escucha a Richard Galliano. Has leído el Babelia el sábado pasado, Tony? - pregunto -. No, el rato que tuve lo dediqué al Viajero - me dice - Es que me han recomendado la primera novela de Jonathan Little, "Las Benévolas", una epopeya del horror nazi. Por lo visto ha sido galardonada con el premio Goncourt. Según mi compañero de filosofía es una maravilla - añado -. En ese momento Tony se aleja hacia las mesas para servir dos cafés con leche. Cuando vuelve dice: Rehuyo un poco de todo lo relacionado con esa temática; demasiadas películas, demasiadas lecturas. Cada uno cuenta lo que le parece, no crees?. En eso Tony tiene razón. Por lo menos, cuando leí la trilogía de Gironella, o "Por quién doblan las campanas" podía cotejar la ficción con lo que me contaban mis abuelos. Tenía algo más de perspectiva.
El café está bastante tranquilo a esas horas, así que aprovecho la coyuntura y converso a mis anchas. Me ha llamado la atención la obsesión de W y su lectura compulsiva de todo lo relacionado con el Holocausto. Por mi parte he leído unas cuantas cosas y últimamente, además de la citada "Las Benévolas", he adquirido la reedición de Vida y Destino de Vasili Grossman que tanto tiempo ha estado descatalogada. Incluso tengo por ahí pendiente "Sin Destino" de Imre Kertesz y algunas obras de Primo Levi. Con calma Tony deja la bandeja y se enciende un cigarrillo. Me mira. Ah sí, te decía - mientras bebo algo de té - que le pregunté a W acerca de su "obsesión". Me comentó que el Holocausto también fue el aniquilamiento de la filosofía. Es incapaz de entender que un pueblo de tan tamaña tradición filosófica llegara a semejante barbarie.
Me gusta mucho Eric Fromm - me confiesa -. No sé muy bien por qué, como en un acto telepático, me acuerdo del capítulo "Psicoanálisis del nazismo" del libro "Miedo a la Libertad", que leí hace quince años y que apenas recuerdo. Por suerte el camarero me refresca la memoria: Fromm sostiene la tesis según la cual el caldo de cultivo en Alemania era el propicio para la ascensión del nazismo y la subida al poder de un dictador como Hitler, pero que podría haber ocurrido en cualquier otra sociedad occidental con circunstancias sociales, económicas y políticas parecidas. Vamos, que el hecho de que fuera Alemania no es relevante ni mucho menos inherente al nazismo - me dice-.
Mientras tanto ha llegado mucha gente y tenemos que interrumpir la conversación. Pago religiosamente mi consumición y vuelvo a casa.

* * *

Viendo la buena acogida que han tenido las escasas entradas que he publicado de carácter personal, he decidido que me prodigaré más al respecto. No tengo queja alguna de mis pocos pero fieles lectores que incluso han leído pacientemente escritos sobre hermeneútica, fundamentos de las matemáticas, filosofía del lenguaje o música que probablemente sólo son del interés del que escribe. He de reconocer, empero, que sin duda a veces peco de esotérico o incluso de pedante. Como les comentaba en "La lucha contra el demonio" mis intereses son quizá demasiados, y va contra mi ser, mi propia esencia, regentar una bitácora monográfica. Disfruto lo mismo escribiendo un relato corto que una diatriba, hablando de free jazz o música industrial que comparando a Kaurismaki con Kubrick. De tanto en tanto me dejo llevar y soy más exotérico, pero me complace también dar simples pinceladas, cansado o deformado profesionalmente por tanta explicación diaria que el "cumplimiento de mi deber me exige", y dejo que el lector indage o saque sus propias conclusiones como en ese mini-relato titulado Absence. Los ánimos de Aura, de Achiperre, de Marisabidilla y de Little Star me empujan a contarles más de mí. Con el post de hoy inauguro una sección que dedicaré a parte de mis viajes.
Esa conversación con Tony, ese extrañamiento que experimenté en el "Bunker" departiendo con W, el filósofo, me inspiran la entrada de hoy, dedicada a un viaje de adolescencia que me marcó y que, pensándolo con frialdad, ha hecho que parte de mi inquietud se conforme en torno al "Este". La etiqueta "Ostbanhoff" toma su nombre de la estación de tren situada en Berlín Este, de donde parten los trenes hacia Varsovia. Bajo esa denominación incluyo todo aquello relacionado con el Este, que tanta fascinación me sigue suscitando.

* * *

Al hilo de lo concerniente a la Segunda Guerra Mundial, mi falta de "subjetividad" y de la correspondiente y "objetiva" perspectiva histórica quedan compensadas por las vivencias personales. Hace varios años tuve la suerte de convivir, en un campo de trabajo, con rusos, polacos, una chica húngara y otras personas de distintas nacionalidades. Vivíamos en una pequeña aldea campesina llamada Puszczykowko. Eran tiempos en los que uno podía tardar 3 días en encontrar una cabina telefónica. Eran tiempos en los que las bicicletas que nos servían como medio de locomoción hasta el tren más cercano no tenían frenos. Había que pedalear al revés para detener su movimiento. Recuerdo aquella mañana que fui con Michal a intentar arreglar un pinchazo. Esas ruedas llevaban años sin fabricarse así que nos dirigimos a una "Wulkanizacja" y mientras recauchutaban el neumático desayunamos algo de queso, tomate y dos cervezas Lech a nuestra salud, a la de quién si no. Apenas eran las 6 y media de la mañana.
Nuestro trabajo allí consistía en excavar en un campo de concentración cercano a Poznan, ayudar en las mejoras de un museo adyacente y mantener entrevistas con supervivientes de otros campos de extermino. Fuimos a la televisión local, nos recibieron en el ayuntamiento de Poznan y al final deberíamos elaborar un informe que supongo nada tendría que ver con tanto como se ha escrito sobre esos abominables acontecimientos. Aquello lo escribimos nosotros, chavales de menos de 20 años la mayoría, fácilmente impresionables, "en circunstancias extremas", donde se labran las verdaderas amistades, en contacto directo con personas que llevaban los números de los campos grabados en sus brazos.
Por aquel entonces yo hablaba y entendía casi perfectamente 4 idiomas, además del español, entre ellos el alemán, lo cual me facilitó mucho mi trato tanto con mis compañeros como con los supervivientes. De todas formas, esto de la comunicación quiero dejarlo para el siguiente post dedicado a este viaje a Polonia, creo que lo merece.

* * *

Eran tiempos, les decía, en los que mis amigos de Ekaterimburgo viajaban en los compartimentos del tren cerrados con llave, recelosos ante la posibilidad de robo o algo peor. Una noche de "empalmada" tomamos el tren en dirección a Kracovia y desde allí nos dirigiríamos a Auschwitz y Birkenau.

To be continued....

Este post está dedicado a la memoria de todas las personas que compartieron conmigo aquellos días.

Monday, 19 November 2007

FREEDOM





As freedom is not a mathematical concept I can not define it; I just let myself be driven by sensations.
Open question: What's your definition of freedom?

Sunday, 18 November 2007

POLIGAMIA




Lo confieso, pero no sé decir que no. Son estupendas, cada una a su manera, y les tengo que dar el mismo cariño, concederles los mismos caprichos. Me tienen agotado. Además, ahora, con este frío, el calentamiento es más largo, los prolegómenos parecen no terminar nunca. He oído que ciertos actores beben mucho zumo de tomate, que incrementa su potencia artística y estoy pensando hacer una dieta rica en betacaroteno y vitamina C. Últimamente, con tanto ejercicio, me siento alicaído.
La rubia tiene una voz más cristalina mientras que esa morenaza a la que parece que se le ha corrido el rimel - ¿observan su cuerpo veteado? - a veces parece cantante de blues, con esa voz aguardentosa, que si no ecualiza bien parece un camionero. Aún así me resulta sexy, me atrae. Cada una tiene su momento de gloria.



Lo peor es cuando se empeñan en que lo hagamos a horas intempestivas. Yo les digo que no puede ser, que una por lo menos es demasiado eléctrica y grita mucho y que los vecinos tienen niños pequeños. No hay manera con ellas. No sé si es su condición de ninfómanas, la mía de sátiro o que me falta asertividad. En el fondo debo de ser un calzonazos. El caso es que cuanto más las acaricio, más las toco, más me gustan. Temo cuando se ponen exquisitas y quieren probar nuevas posiciones, nuevas afinaciones. Me piden que las toque con más garra, o con más delicadeza. A una se le antoja un rock sureño, a la otra una cancioncita celta, en fin... Me están robando demasiado tiempo; tengo que trabajar, tengo que escribir en el blog, tengo que hacer algo de deporte, en definitiva, tengo que vivir. No quiero herir sus sentimientos, ni que mi condición, mi masculinidad, quede en entredicho. Les he pedido algo de tiempo, quiero meditar sobre nuestra relación, pero no son comprensivas. Y eso que las tengo como princesas, ya quisieran muchas, a una le compro pedales monísimos, a la otra le regalé por su cumpleaños un humidificador para que no se le reseque la garganta en verano. Les cambio las cuerdas con frecuencia. !Pues no hay manera leñe!

Friday, 16 November 2007

WHAT'S NEXT TO THE MOON? : THE BURREN







I. En el Restaurante.

Hijo: ¿Qué está más lejos papá, la luna o Cuenca?
Padre de familia: ¿Pero tu estás "jodío"?, ¿acaso ves Cuenca?

Entra el camarero.

Padre de familia: Buenas tardes, ¿qué nos ofrece?
Camarero: Buenas tardes señores. Hoy les recomiendo el menú desgustación: como entrante tenemos morteruelo de Cuenca sobre tostas de pan integral. El plato principal es un Irish Stew Traditional Style. De postre nada mejor que este queso lunar tierno acompañado de mermelada de arándanos casera.
Padre de familia: Creo que es perfecto, ¿no os parece?. Traiga cuatro menús desgustación, si es usted tan amable.
Camarero: en seguida señor.

Entonces sucedió algo extraño:

II En la Ciudad Encantada.

Madre: este morteruelo tiene que ser de una calidad excelente. El primer bocado y aparecemos junto a esta especie de seta de piedra.
Hija pequeña: ¿el menú llevaba níscalos, má? - extrañada -

III. The Burren.

Padre de familia: es un sitio idílico para seguir disfrutando de la comida.
Hijo: Sin duda. Han tenido mucho gusto al situar nuestra mesa en esta dolina.
Madre: El camarero ha desaparecido pero creo que aquello que humea a través del sifón cárstico debe ser nuestro Irish Stew.
Hija: Delicious!, I guess I'm talking in English since we're in Ireland!

IV: The Moon?

Hijo: I'd better not try the cheese. I don't feel like going to the moon...

Para saber más sobre paisajes cársticos (o lunares) pincha AQUÍ.
Para saber más sobre THE BURREN.


Thursday, 15 November 2007

DER KAMPF MIT DEM DÄMON (aka La lucha contra el Demonio)



Barrunto que el hecho de haber tenido dolor de cabeza durante más de tres horas seguidas, cosa extrañísima en mi caso, hace que me salte mis propias pautas. Quizá el haber alcanzado con el post anterior las cincuenta entradas en este blog sea otra de las causas que me lleven a escribir algo enteramente sobre mí, aunque lo dudo; no van conmigo las celebraciones. O, a lo peor, puede que vaya siendo hora de que escriba algo personal, de que tire por tierra o no la concepción que se hayan podido formar sobre mi persona los lectores habituales de este blog. Sea cual fuere el motivo ahí va. Intentaré también hacer caso omiso de la forma y centrarme en el contenido.
Mientras me daba una ducha, bastante más efectiva que un gramo de parecetamol por cierto, me he acordado de Chernóbil. Los físicos nucleares se pusieron a probar, sacaron las barras de grafito que absorben el exceso de partículas y que, por consiguiente, controlan la reacción en cadena. La temperatura subió, aquello se dilató y no hubo manera de volver a meterlas en su sitio. El resto de la historia ya la conocen.
Resulta que, a través de un tipo que conocí en una librería que suelo frecuentar, me llegó la recomendación de un ensayo de Stefan Zweig. El libro versa sobre Hölderin, Kleist y Nietzsche y su título es el que acabo de plagiar sonoramente como título de este post.
No voy a hablar mucho del libro, el que quiera que lo lea porque lo que cuenta, lo cuenta divinamente. Básicamente habla de la lucha de estos tres escritores contra su demonio personal y de cómo esa lucha terminó en demencia en el "mejor" de los casos y en el suicidio en el peor de ellos.
Empiezo a ser consciente de mi demonio: estoy poseído por una hiperactividad frenética. Lo sé, entre otras cosas, porque desayuno 4 veces al día y no engordo. Porque me encanta hacer tropocientas cosas a la vez, aun corriendo el riesgo del dicho: "quien mucho abarca poco aprieta". Porque estoy feliz teniendo más de 100 alumnos, 5 niveles educativos diferentes, siendo tutor y teniendo la mitad de los alumnos con necesidades educativas especiales del centro a mi cargo, en la misma clase que los únicos dos alumnos que van a la olimpiada matemática, a los que también doy clase. Porque me da igual leer un cómic de Peter Bagge que un tratado de bioquímica. Porque mi blog es un caos total en el que puede aparecer un ladrillo sobre la hermeneútica o un cuento ambientado en el este de Europa. Porque mis intereses básicamente son eclécticos pero no los escribo aquí ya que necesito algo de material por si el día de mañana me da por escribir otra entrada personal. Porque siempre tengo ideas para un par de post diarios pero hay que hacer un poco de todo en esta vida, no sólo escribir un blog.
Y aunque lo parezca, no me he ido por los Cerros de Úbeda. No, todavía no se me ha ido la pinza y sé por qué he citado Chernóbil un poco más arriba. Supongo, y creo que no es mucho suponer, que el cerebro humano es, metafóricamente, una mini-central nuclear y que cada uno tiene que saber mantenerse en la cresta de la ola sin hacer demasiadas tonterías con sus barras de grafito. Como pasa con los accidentes nucleares, demasiadas partículas descontroladas no afectan sólo a la central, sino a muchas otras personas.
El año pasado descubrí mis barras de grafito. En mi caso son bolas de billar, mucho más perfectas, estéticas y con más glamour. Son estupendas para exorcizar a mi demonio. Cuando oigo las sirenas de alarma en mi central neuronal, enchufo un disco de los Pennywise en el coche y me voy a jugar dos o tres horas seguidas al billar. El hecho de meterme en el juego, partida tras partida, de pensar en cómo meto la bola, con qué efecto le doy a la blanca para colocarme la siguiente e intentar hacer una serie, es decir, meter todas las bolas seguidas me evade completamente. No pienso ni en choques perfectamente inelásticos ni en trigonometría. De hecho los que mejor juegan saben más bien poco de física y matemáticas.
Hoy ha sido uno de esos días en los que la lucha ha sido intensa y he salido victorioso. Me ha costado tres horas de billar pero he mandado a Lucifer al carajo, lo he aplastado con la última bola negra, ya no me duele la cabeza y las sirenas han cesado.
Pues nada, "That's all folks!". Espero que hayan disfrutado con este amago de post personal y a vivir sin demasiadas preocupaciones porque mañana el sol volverá a salir y cuando deje de hacerlo no estaremos aquí para verlo.

Saturday, 10 November 2007

HERMENEUTICS I

Una de las características más notables de la cultura moderna es el progresivo aumento de la importacia del problema hermeneútico. El nombre "hermeneútica" es de origen griego y deriva de hermenéia, término afín al latín sermo, que indica originariamente "la eficacia de la expresión lingüística".
Si se acepta el concepto hermeneútico actual, según el cual "existir es interpretar", no se puede dejar de reconocer la presencia, en cualquier época, del esfuerzo hermeneútico. En efecto, el problema interpretativo ha acompañado al hombre desde siempre. Preguntas del tipo: ¿qué quiere decir esta inscripción?, ¿cómo interpreto esta norma jurídica?, ¿cuál ha sido la intención del autor de este paisaje poético? son ejemplos de este hecho.
Sin embargo, por hermeneútica entendemos no sólo el simple hecho sino también la conciencia explícita de éste, es decir, el saberse teoréticamente pensamiento interpretante. A pesar de ser algo consustancial al hombre, la hermeneútica se ha establecido como teoría filosófica general recientemente. En el mundo antiguo tuvo un escaso relieve temático a excepción de las reflexiones de los filósofos alejandrinos y sus investigaciones sobre los múltiples sentidos de un escrito. Más interesantes desde el punto de vista hermeneútico son los esfuerzos interpretativos llevados a cabo por los padres de la iglesia sobre textos bíblicos, la exégesis de los textos sagrados.
A partir del Renacimiento y de la Reforma Protestante, en el ámbito de una situación cultural de un periodo de transición y de ruptura con el pasado, la hermeneútica comienza a surgir lenta y progresivamente como disciplina particular. Desde comienzos del S.XVIII se produjo una universalización de la disciplina, un giro cualitativo de ésta, gracias al cual se pasaron a interpretar todo tipo de textos, no sólo los sacros. Dicho giro tuvo su mayor representante en Friedrich Schleiermacher. De acuerdo con el autor, la interpretación surge de forma natural cuando hay alguna distancia entre nosotros y el documento, sea histórica, psicológica o lingüística. Concibe la hermeneútica como una reproducción creativa del pasado, como una revisión de un modo interior y simpatético del universo espiritual de la obra. Para él es fundamental la lingüisticidad del comprender, en virtud de la cual "en la hermeneútica hay un solo presupuesto: el lenguaje". Añadiría a la tesis del filósofo que actualmente el lenguaje ha de ser tomado en su sentido más amplio, no sólo ciñéndose al lenguaje escrito y tomar en consideración también las expresiones plásticas y audiovisuales como un tipo particular y no menos importante de lenguaje.
Otro giro se produce con Heidegger: la hermeneútica pasa de ser un problema metodológico y epistemológico a ser un problema filosófico y sobre todo ontológico. En Heidegger el comprender se configura como un modo de ser del ser, cuyo ser-en-el-mundo está ligado desde siempre a una comprensión o precomprensión del mundo mismo, en el cual se encuentra "puesto" y del cual dispone lingüísticamente. Este movimiento de radicalización ontológica encuentra en Gadamer, su heredero más representativo.
Actualmente la hermeneútica es una koinè -lengua común- filosófica como lo fueron en su día el marxismo y el estructuralismo, ya que el hombre como animal interpretante lo es mucho más cuando su experiencia en el mundo se hace problemática y compleja. Recuérdese, a este respecto, que el primer giro hermeneútico relevante se produjo durante el Renacimiento. Esta es la situación de la modernidad actual, un mundo donde la experiencia de la realidad es cada vez mayor, experiencia de mensajes de transmisión de información en cuya cima se encuentra Internet. Nietsche ya profetizó a su manera la mediación interpretativa: "Contra el positivismo, que se detiene en los fenómenos: solamente hay hechos" - diría: "Gerade Tatsache gibt es nicht, nur Interpretationen" (no, los hechos propiamente no están, sino sólo interpretaciones).
Volvamos a Gadamer y su visión ontológica de la hermeneútica. Este filósofo, en su obra cumbre, Wahrheit und Methode (verdad y método,) a través de un encaramiento incesante con problemas del arte y de la historia, ha llegado a interrogarse críticamente sobre las modalidades del entender. Gadamer no pretendía en ningún momento dar una doctrina técnica de la comprensión, un sistema de reglas técnicas sino más bien el sacar a la luz las estructuras transcendentales del comprender, es decir, clarificar los modos del ser en que se concretiza el fenómeno interpretativo. Obviamente carece de sentido la existencia de reglas interpretativas universales partiendo del hecho de que cada ser humano es distinto, con diferentes vivencias que condicionan su modo de aprehender la realidad. Gadamer se plantea el siguiente problema filosófico: "la posibilidad del comprender", "¿cuándo se dan las condiciones necesarias para la comprensión?". Sin duda la hermeneútica es algo que concierne a la existencia en su totalidad, siendo la comprensión el caracter ontológico originario de la vida humana misma que deja su impronta en todas las relaciones del hombre con el mundo. Comprender no es una de las posibles actuaciones del sujeto, sino el modo de ser de la existencia misma como tal. Se opone a las pretensiones de universal dominio de la metodología científica moderna estableciendo una especie de "relación dialéctica" entre verdad y método. Cree poder demostrar y justificar la existencia de zonas específicas de verdad, que aún situándose "fuera" del área cognoscitiva de la ciencia resultan fundamentales para el hombre, por ejemplo la experiencia artística sobre la cual reflexionaron Kandinski o Cezanne en sus ensayos.

Wednesday, 7 November 2007

EXTREME CONDITIONS (...demand extreme responses)

- ¿Por qué lloras Artie?. Sostén mejor la madera.
- Me he caído y mis amigos se han ido sin mí.
- ¿Amigos? ¿Tus amigos?. Si os encerraran una semana en una sala sin comida...entonces sabrías lo que son ¡los amigos!

(Excerpt from Maus by Art Spiegelman)

Tuesday, 6 November 2007

TEEN-WOLF I

Aunque estemos condenados a elegir - o algo así decía Jean Paul -, hay cosas que no se eligen, como la familia. Yo he tenido mucha suerte porque mi familia es simplemente cojonuda. Desde niño me han motivado, estimulado, apoyado...podría escribir aquí un elenco de epítetos positivos sin fin.
Con especial agrado tengo grabada la imagen del primer ordenador que entró en mi casa. Se conectaba a una televisión en blanco y negro. La antena de la misma la hizo mi padre con una botella de agua lanjarón con el tapón rojo a presión mientras mi hermana lloraba en la cuna. Era entonces un tierno infante, horriblemente revoltoso, con el "por qué" siempre pegado a la boca que pronto empezaría a leer. Era la época de la programación en C, la época de "customizarse" los componentes electrónicos, porque todavía merecía la pena, al menos económicamente, y porque la mayoría de las veces no existían muchos ingenios a los que ahora estamos acostumbrados, y que por tanto no nos sorprenden, en el mercado. Aquellos días en los que admirado tenía la oportunidad de empujar con mi dedito una placa de baquelita bañada en cobre en ácido y ver cómo éste se comía literalmente las partes que no habían sido rotuladas con esmalte. Y sólo entonces la solución se volvía verde.
Y les cuento esto para explicarles que mi contacto con los blogs fue también muy temprano y no les hice demasiado caso, hasta que L me comentó en el bunker que había abierto el suyo. Decidí que tenía algo que contar y colgué unos poemas que escribí en la adolescencia. Así nació mi blog. A modo de homenaje a L, que ahora tiene la edad que yo tenía entonces he decidido colgar estos poemas viscerales típicos de un "teen-wolf". Desde entonces no había vuelto a escribir. Espero que los disfruten.

ALQUIBLA-PSICHO

Un tedio pertinaz y tan sólo tu mirada vidriosa de azogue,
lámparas verdimoco penden, cuelgan y caen
en cascada luminosa, anémica.
Te aburres, sucumbo.
Tu risa flácida se contorsiona, atrás, adelante, visiblemente indecorosa.
Todo da igual.
Hoy tengo un yunque por cerebelo y tú, maldición,
te crees herrero y te empeñas en aporrearlo
¿por qué no chupar el metal y el fango?
que se licúa, esponja y vierte; las punzadas sin embargo persisten.
De ponzoñoso humo saciado, vómito de locuaciadad.
En un cono de luz todo transcurre, nada pasa.
Un enorme labio rojo chillón, abotargado, estalla,
y la sangre negra-roja me salpica.

Ladras, aúllas. ¡Para! porque tu quejido demasiado feliz
ahoga el mío, más lánguido y triste.
Atronadora visión ocre con pelos.
Una sucesión interminable de polinomios azules sobre el yunque licuado.
El té es amorfo, tiene tres piernas, una oreja
y una nariz rechoncha como el labio;
sabe a pared, la misma con la que mañana,
te abrirás la cabeza otra vez
la misma que podía ser de puto corcho pero no lo es.
Llueven ranas rojas, la nieve es fucsia, si la hubiera
y la escalera majadera baja pero no acaba ni cae,
también la odiamos.

Yo me alimento de sueños que luego me repiten,
eructo recuerdos, estornudo mocos nauseabundos que también son dulces.
La tinta negra ahora es naranja,
ríe fuera de ti como tontaina, eso es,
dale motivos a la máquina infernal inhumana
para que aplaste uno a uno tus huesos,
que resonarán al viento cuando el innombrable pase.

Verde es el color, sueña en verde, batido de plumas
con toques de canela es tu bebida.
Boyambá grito al sol de medianoche
cuando sólo quedan estrellas que tampoco se ven;
la luna gorda las tapa con su culo de terciopelo.
Bésale el pie calloso doncella, pues todos parecemos hacerlo.

VISIÓN SOCIAL

Y allí arriba creía ver el llanto imperecedero de moscas
luz trémula e indecisa, incapaz de corroer mi piel
no te busco a ti sino la calidez de la lluvia plácida
que aplaca mis temores, que inflama mi sed egoista.
Mi pie se postrará entonces vencido en una nube
de vaho verde narcotizante.
No antes la antinomia rezumará en mis calcañares
desgarrando mi epitelio sensorial hasta su anulamiento;
metástasis corrosiva de notas disonantes
¡cómo anhelo la vorágine enfurecida que ahuyenta mis temores!

VAGABUNDO

Pasos pesados, chanclas sobre el asfalto húmedo
soy un camaleón urbano que avanza perdiéndose a sí mismo:
un jirón de mi camisa prendido en aquel chaflán,
un trozo de uña clavado en el último bordillo.
La ciudad también se prodiga en dádivas;
un chicle adherido a mi trasero.
Vislumbro la inmundicia pasajera de una mañana de domingo
bolsas, botellas, vasos y más botellas,
mezclo mi propio olor con el tibio y rancio del césped asustado.

ALCOHOL

Oscura maravilla impía,
¿por qué te abalanzas sobre mí?
No te conozco y sin embargo
tu recuerdo es límpido como fuego
mi ser esencial depende de ti.
¡Te maldigo vaporosa criatura
que cobras vida en los cuerpos ajenos!
Paroxismo imbécil, contorsiones torpes,
músculos ufanos y ya aberrados.
Para qué envenenarme de ti
tan pronto huyes como una raposa
solo y triste me dejas;
apaleado, alienado, destrozado.
Sé que volverás a mirarme
mi cuerpo se pervertirá de nuevo
marchitándose, huyéndome.

TEEN-WOLF II

Tus pies desnudos

Tus pies desnudos sobre las hojas – en la
hierba- pinceladas de un atardecer
marchito rojo o naranja – qué importa-
no regresaremos nunca.

¿Recuerdas el interminable camino
a la libertad? – lleno de postes
telegráficos polvo lagartos – anhelando
la oscuridad
sobre nuestras cabezas para empujarnos
sin más

Aquellos jirones de gasolinera
en ningún lugar – tan distintos de la boca
de metro a la que te encadené – turbia
sin alma, sorda.

Ahora, uno con las luces de la ciudad,
múltiple en las músicas nocturnas,
dos contigo.


Exposición fotográfica

Te convenció un destello verde
sobre el claroscuro minimalista,
inercia de un rostro inexpresivo.
Entre cortadas cúpulas ateas,
puentes grises y paisajes desenfocados
¡la decadencia enferma!
En la ducha de una peli de los 70 – azulejos,
luz hepática, la nada...-
casi pelo enmarañado sin cabeza,
caída en la humedad
muerta de agua
Tu fotograma único,
solamente.

AGONÍA

Me duele, es amargo.
Quiero autodiseccionarme pero fallo.
La incapacidad, imposibilidad, inutilidad
¡LA IMPOTENCIA!
Es un miedo absurdo y atroz,
agónico y taquicárdico...
¡que ahoga!
Sin lograr suplantar la imbecilidad,
cristalizándola en su afán por destruirla
pero sin lograrlo, sin poderlo.
Cristales que se clavan deslizándose,
un herrumbroso clavo torcido y asesino,
una mano de metal que estruja y golpea,
un dedo que abrasa en la llaga,
una sierra mellada, chirriante;
una voluntad oxidada.
Nada de esto consigue desahogarme
sólo exacerbar mi odio
incendiar mi locura,
concretizar mi tormento
enardecerme, soliviantarme
y finalmente asquearme.
Es entonces cuando caigo
me venzo, oculto,
me rindo, reniego y desisto.
Doy un último traspiés
antes de morder la evidencia.
La sangre roja gotea en pétalos de rosa muerta.

FRUSTRACIÓN
Alguna vez te dije...
"yo no digo cosas bonitas; soy un gran grosero".
No te mentí, es más, te odio.
Te odio por lo que eres, por lo que representas,
te odio por deseo.
Te odio por ser espejo, reflejo de mí mismo
y biógrafa de malos momentos.
Te maldigo por pesada
pues no me dejas ni cuando duermo.
Me haces pensar y atisbar mi tristísima impotencia,
buscar la fe que no tengo.
Tu sonrisa tan viva que mata,
tan feliz que espanta.
Dulce como tú, increiblemente grande, inmensa.
Incluso en esos ojos oscuros me asusto,
veo la tristeza que me acompaña,
y es que quizá, somos iguales.
Lo supe antes de conocerte
acababas de llegar,
levitando, seguramente, sobre un mar de zozobra.
Yo, sin embargo, aún me niego a bajar
y todavía no he vuelto.
Si algún día te acercas a mí...¡Gritaré!
Será el gran cuelgue, un paroxismo intravenoso,
un subidón que me acojonará.
Ese día dejaré de odiarnos.

MADRE MAÑANA
Como huérfano en un hospicio
Madre Mañana me arropa cada día
con una sábana imperceptiblemente tejida
con hilos de incertidumbre.
Su contacto áspero me deja helado cuando salgo a la calle,
tan gris como Madre
de un frío tan azul como los muros que abandono.
Busco aliviar el sufrimiento de mis pies,
cansados por Noche, el hijo bastardo de Mañana;
que los lacera, infatigable,
con sus quiméricas visiones sobre Madre.
En mi caminar indiferente serpenteo a la vera de Arroyo,
hombro con hombro.
Caminamos así por algún rato,
muy juntos y en silencio, como viejos amigos.
Arroyo vive en Oslo, rodeado de vecinos pobres
que viven de la chatarra
en un barrio tan longevo y gris como Madre.
Conocí a Arroyo casi el mismo día que a Madre.
Aquel día ella no tenía un humor tan gris,
casi parecía bella en su palidez terrena.
Encontramos a Arroyo jugando con los rayos de sol,
Madre bajo la cabeza y sus finos cabellos de niebla resplandecieron.
Desde entonces Madre nos acompaña en nuestros paseos.

Sunday, 4 November 2007

VIRUS







"En todas las edades de mi vida, el exceso de dolor ha sido monstruoso" dice lapidariamente Nietsche. Al ser consciente de su propia enfermedad se asombra de encontrarse vivo y de ver que, en las épocas más dolorosas de su existencia, no ha hecho más que aumentar su productividad. Proclama aún esas orgullosas palabras: "Conozco mejor la vida porque muy a menudo he estado en trance de perderla".
Inmerso en este pandemónium gripal vislumbro la verdad que se esconde tras las palabras del filósofo: el carácter inmanente de la creación en la enfermedad, en el sufrimiento, pues estos nos obligan a descender a lo más profundo de nuestro ser, a abrazar la vida con más fuerza si cabe.
A la par que nuestro espíritu se libera, gozamos de un relativismo más objetivo después de haber padecido los sinsabores del decaimiento. El ostracismo al que somos condenados nos regala un tiempo precioso para la meditación. En palabras de Cioran: "Los desastres demasiado recientes poseen el inconveniente de impedirnos discernir su lado positvo".

MOCOS

En algún lugar perdido del globo leí una entrada de Pussy acerca de sus encuentros con famosos. Algunos días después, en un emplazamiento no menos recóndito, me encontré con una vecina, que no es famosa por cierto. Este hecho me hizo pensar en lo que viene a continuación.
Hay un buen número de leyendas urbanas y no menos intentos de explicarlas. El artículo de la wikipedia en español se queda, a mi modo de ver, en lo meramente anecdótico cuando habla del "bulo de Ricky" por ejemplo. Tampoco me convencen las explicaciones "científicas" que da al origen de dichas leyendas. Hace poco escuché una que tiene mayor calado científico y, por ende, me convence más. Para modelizar la difusión de la información se hacen experimentos sociológicos. Uno de ellos consiste en lanzar un bulo - que terminará probablemente convertido en una nueva leyenda urbana - y determinar el número de personas que lo han escuchado en un determinado instante de tiempo. Bajo ciertas condiciones, la velocidad de difusión es proporcional al número de personas que aún no conocen la información. Si uno plantea y resuelve la correspondiente ecuación diferencial obtiene como solución una función exponencial decreciente.
Hace poco encontré la explicación a la leyenda urbana que habla de los encuentros: "cualquiera en la Tierra puede estar conectado a cualquier otra persona en el planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios". La solución al "enigma" está relacionada con Paul Erdös, más concretamente con el "Número de Erdös" y con la teoría de los seis grados de separación
En fin, el mundo es un pañuelo, lleno de MOCOS!.

Saturday, 3 November 2007

DEBASER (KOLYA I)


Aquí hubo algo más que mis viejos pantalones tendidos al sol y esos tres gatos pulgosos que no salen en la foto, que están a la derecha de esas sillas, un poco perezosos, como son los gatos, arañando la sombra fresca. Detrás, pero esta vez a la izquierda, imaginen, ya que no pueden verlas, las ruinas del Palacio de Diocleciano. Creo que fue Joseph Brodsky deambulando por su "Marca de Agua", por su Venecia particular, quien dijo que alguien con un mínimo de clase fue decadente durante su juventud. La decadencia y la crisis llevan inherente el esplendor. El ciudadano, el artista, se nutren del humus de la decadencia, luchan y, si consiguen vencer, alumbran de nuevo. Un proceso extrañamente reversible y cíclico. Dos mil años después de que emperadores restregaran sus sandalias desgastando el pavimento, los turistas enarbolan un cigarrillo de triunfo pírrico, un par de bocanadas y éste termina encima de cualquiera de los pocos mosaicos que se conservan. Aún así, esas escaleras, los postigos desvaídos e incluso las antenas mal orientadas, testigos de la debacle, auguran un futuro nada distópico.

Mañana madrugaré y saldré temprano, con algún pedazo de burek todavía entre los dientes. No me he presentado aún, me llamo Kolya creo, probablemente mi nombre fuera otro, pero así es como me han llamado los últimos veinticinco años en el mercado. A ese nombre respondo con ojos siempre asombrados, un poco inquisidores, cuando me piden dos o tres truchas, quizá también medio kilo de tomates. Me iba mejor cuando vendía cacharros, cubos, recipientes, vasijas; en definitiva, enseres de todo tipo que la gente de por aquí compraba sin saber muy bien para qué los utilizaría, eso era lo de menos. Pero como les decía antes, hubo tiempos mejores, y los habrá; sólo hay que esperar, ahora no es el momento.

Si les confesara que soy dálmata automáticamente pensarían en una raza de perro blanca y negra, que nada tiene que ver conmigo, salvo ese punto de elegancia que compartimos. Yo nací en Dalmacia, aunque no recuerde dónde, y jamás vi ninguno de estos perros correr junto a los carruajes de los viajeros. Si lo hicieron antes, en el siglo XIX, no estuve allí para verlo, o era demasiado joven, pues tampoco recuerdo mi edad; hace muchos años que mi aspecto es invariable, como lo es mi vida, día tras día. Los sucesos acaecen de tal manera que la línea temporal se borró. Intento ser consciente del paso del tiempo mirando si ha aparecido alguna nueva pintada sobre las piedras de la pared, observando atentamente el color de las ventanas por si es más tenue o encendiendo el viejo aparato de aire acondicionado, lo único que me dejó mi padre antes de morir, lo único que no quiso o no pudo llevarse con él y que, a pesar de todo, sigue funcionando. Lástima que no cupiera en el ataud, le hará más falta que a mí; dicen que en el infierno las temperaturas, sobre todo en verano, son elevadas.