Friday 15 February 2008

ZORBAS

Zorbas sólo pretendía desleírse en la masa de pita, sin dejar grumos. Con algunas dificultades compró un pastel tradicional de espinacas y queso y un frappé. La temperatura era agradable, lucía un sol expléndido. Aquella luminosidad era terrible para conseguir buenas fotos. Un pie detrás de otro y en unos pocos pasos estaba sentado al lado de una turba humana, viendo dar vueltas la aguja de su reloj, sin mirarlo, en aquella plaza, Omonia, mucho más popular que Kolonaky, donde los nuevos artistas griegos, la nueva aristocracia griega del S.XXI, los nuevos yuppies iban a ver y ser vistos.
Aquí, sin embargo, aún en esas fechas, Zorbas se mantenía al margen del turismo que torpemente revoloteaba en las inmediaciones del McDonalds de la plaza Syndagma. Qué compartía Zorbas con los griegos? Ahora más bien nada, en otra época un alfabeto, que usara hábilmente en la demostración de teoremas y años después se atreviera a balbucear antes de que la megafonía anunciara la siguiente estación de metro.
No le costó demasiado trabajo llevar a cabo sus propósitos. Consideró que Zorbas sería un nombre apropiado con el que ser bautizado en sus 4 días de ostracismo. En la antigüedad, para que alguien fuera condenado a este tipo de destierro, hacían falta muchos votos. A él le había bastado un billete de avión y un hotel, el Aristóteles, a escasos metros de allí.
Había pasado la mañana paseando por el puerto del Pireo, escuchando atentamente a los lugareños preguntarle cosas que ignoraba, básicamente porque no entendía su idioma. Se daba por satisfecho, era lo mejor que le podía pasar, ser tomado por uno más, "el griego Zorbas", que comía Gyrós, bebía frappé, brindaba con Ouzo y al que ofrecían dulces en las iglesias ortodoxas. Recordando estos detalles en su último día en Atenas, sonreiría una vez más al escuchar a las prostitutas ofrecerle sus servicios camino de su hotel. Un matrimonio de ancianos se sentó en los asientos contiguos al suyo, ya llegando a la última estación, Kifissia. Avenidas sombrías, barrios obreros, estudiantes yendo y viniendo, y un griego de adopción prematura y volátil.

13 comments:

Miriam G. said...

Bien, me voy a cenar y vuelvo que el primer párrafo ha inquietado a mis jugos gástricos.

Un beso, Miriam G.

Miriam G. said...
This comment has been removed by the author.
Miriam G. said...

No esta mal loco. Eso ya lo sabes. Pero vamos que despues de dos semanas esperabamos un poquito más de extensión.

Un beso, Miriam G.

Nota: Ahora sí, bajo a cenar. No he podido leer sólo el primer párrafo.

Angel said...

Como siempre la espera merecio la pena. Alguien dijo que para escribir algo bien, el tema debe tener una base autentica. Y aquí se nota. Casí se palpan los paseos, las plazas, la luz gigante. El estilo muy personal, coherente con otros escritos sobre ciudades, paisajes humanos, etc, de post anteriores. Discrepo respecto a otro comentario sobre la extensión. Los perfumenes nunca se expenden en frascos de litro.
Felicidades, y siga recreando experiencias para sus lectores.

Achiperre said...

y zorbas, a su regreso se costipó...
tengo un zorbas vestido de azul...
¿cómo era el final de su blues?
ja ja
ah! mejor cortito que se digiere... tus cosas sulen parecerse muy densas, así que para mi gusto, mucho mejor asÍ!

besotes loco!

Achiperre said...

mejor dicho, se constipó y las cosas me parecen! je je... qué inútil no se ni escribir! ja ja

Marisabidilla said...

Cada una de sus historias cortas son como escenas cinematográficas. Hoy Zorbas se ha convertido en un joven Alain Delon de pelo engominado y camisa blanca remangada. Todo un placer para la vista.

EL INSTIGADOR said...

Precioso relato viajero. Tengo la sensación de que la prosa se te da tan bien como las mates. He disfrutado con las cosas sencillas que narras, porque acercan el lugar a quienes viajan por el placer de hacerlo, sin buscar la espectacularidad de los tópicos conocidos.

También soy partidario de lo escueto, aunque ese viaje creo que podría dar para algunos posts más.

Un abrazo

Aura said...

Los personajes de sus relatos siempre traducen cierto desencanto vital que contrasta con la luminosidad de las arquitecturas y las calles, ¿no cree?
Gracias por introducir cierto exotismo en estas cuatro paredes :)

Anonymous said...

Querido Loco,

como arquitecto (y aparte de felicitarte por el micro-relato) no puedo dejar de preguntarme por el intrigante gráfico que lo ilustra... ¿lo dibujaste tú? ¿es grecia? More information needed.

Am

PS/ Gracias por tu comentario esloveno en mi página ¿qué esperabas de Ljubljana?Yo me encontré exactamente lo que preveía, aunque también me lo tenía bastante estudiado a priori, pero la escala y la ubicación singular de la ciudad, exactamente las que me hubiera imaginado. Abrazos, Am

EL INSTIGADOR said...

Me correo una cuestión matemática. No es este el sitio adecuado y no tengo su correo. Si tiene ganas, me daría un toque al mío? La dirección en mi blog, arriba a la derecha. Le estaré eternamente agradecido.

el loco oficial said...

Miriam: lo bueno o malo si breve dos veces bueno o malo. Un beso.
Angel: me alegra ir adquiriendo poco a poco un estilo personal.
achiperre: esta mañanita lo llevé al doctor..lo tengo en la...
Mari: creo que zorbas llevaba unos vaqueros a los que le faltaban la mitad de los botones y una sudadera roja con capucha.
Instigador: muchas gracias...e intentaré sacar algo más.
Aura: un placer querida.
Andrés: te he contestado en tu blog. Un saludo.

Marisabidilla said...

A mí Zorbas me tiene ganada desde hace mucho tiempo. Vista lo que vista le voy a encontrar interesantísimo y estupendísimo