¡VAIS A MORIR!... (yo también). Ésta es la única verdad que no depende del punto de vista del observador. No vengo a hablar aquí esencialmente de la muerte, ni de la angustia que a muchos produce. Ya han hecho otros profundas reflexiones con más sentido que las que pudieran aparecer en este texto. Sólo quiero hacer constar que no creo en el maniqueo Carpe Diem y su hijo bastardo, el pregonado hedonismo. De éste último ha nacido el abúlico "todo vale", un relativismo absoluto que no puede ni debe existir. No todo es lo mismo, no todo da igual. No es menester hacer demagogia con algo tan trascendente, lo único no-relativo, como es la muerte.
Las medias tintas producen naúseas y no se conoce, hasta el momento, antihemético de eficacia demostrada. Los grises existen porque hay blanco y negro. Si la muerte es negra, hagamos una buena media, puesto que, como decía Aristóteles, "la virtud está en el punto medio", sumémosle el blanco, su extremo. No se puede vivir a medio gas, hay que vivir vestidos de blanco, ya que al final es todo negro.
De Marx nos hemos quedado con sus teorías económico-filosóficas obviando algo no menos importante, "la praxis que se invierte". Diría que esto es una teoría vital o una filosofía de vida. Parecido a decir que la crítica sin alternativa es una idiotez. Si, de vez en cuando o, mucho más a menudo de lo que nos gustaría, vemos el mundo borroso, no vale quejarse, se gastan demasiadas energías, esa forma de actuar es todo menos pragmática. La "praxis", la acción, nuestro obrar, nuestro ser-en-el-mundo repercute en el exterior y nos es devuelto. Nuestra hetero-modificación de la realidad, cuando ésta es factible, es aún más auto-modificación, continua retroalimentación. La "praxis" se invierte.
Cabe llevar más lejos la inversión. En el Antiguo Testamento aparece la máxima: "El número de los imbéciles es infinito", o equivalentemente, que el mundo está lleno de indeseables sueltos. Encantador que así sea, sólo hace falta invertir. Que cada mañana nos topemos con un amarga-existencias debería ser un acicate lo suficientemente poderoso como para hacernos mejores personas. Para hacer una buena media hace falta sumar extremos, huír del inoperativo y nauseabundo relativismo imperante en nuestros días y dejarse la piel en ser un endulza-existencias. Esta vez la integración del negro y del blanco es sinérgica, trasciende su propia suma y la gama cromática resultante está más cercana al rosa que al gris.
Es "bueno" que haya que palmarla, es "bueno" ser consciente del mal; necesitamos del contraste para que nuestra "praxis" se invierta. Invirtamos todas las connotaciones peyorativas que encierra la muerte, el mal y usémoslas en beneficio propio, un beneficio no egoista, sino filántropo. Matémosnos en vida por llegar al rosa. Michel Foucault, en su ensayo Microfísica del Poder, expone algo no demasiado lejano a parte de lo que aquí se plantea: la suma sinérgica de micro-acciones es más poderosa que la macroestructura, puede incluso que condicione su propio devenir....
Las medias tintas producen naúseas y no se conoce, hasta el momento, antihemético de eficacia demostrada. Los grises existen porque hay blanco y negro. Si la muerte es negra, hagamos una buena media, puesto que, como decía Aristóteles, "la virtud está en el punto medio", sumémosle el blanco, su extremo. No se puede vivir a medio gas, hay que vivir vestidos de blanco, ya que al final es todo negro.
De Marx nos hemos quedado con sus teorías económico-filosóficas obviando algo no menos importante, "la praxis que se invierte". Diría que esto es una teoría vital o una filosofía de vida. Parecido a decir que la crítica sin alternativa es una idiotez. Si, de vez en cuando o, mucho más a menudo de lo que nos gustaría, vemos el mundo borroso, no vale quejarse, se gastan demasiadas energías, esa forma de actuar es todo menos pragmática. La "praxis", la acción, nuestro obrar, nuestro ser-en-el-mundo repercute en el exterior y nos es devuelto. Nuestra hetero-modificación de la realidad, cuando ésta es factible, es aún más auto-modificación, continua retroalimentación. La "praxis" se invierte.
Cabe llevar más lejos la inversión. En el Antiguo Testamento aparece la máxima: "El número de los imbéciles es infinito", o equivalentemente, que el mundo está lleno de indeseables sueltos. Encantador que así sea, sólo hace falta invertir. Que cada mañana nos topemos con un amarga-existencias debería ser un acicate lo suficientemente poderoso como para hacernos mejores personas. Para hacer una buena media hace falta sumar extremos, huír del inoperativo y nauseabundo relativismo imperante en nuestros días y dejarse la piel en ser un endulza-existencias. Esta vez la integración del negro y del blanco es sinérgica, trasciende su propia suma y la gama cromática resultante está más cercana al rosa que al gris.
Es "bueno" que haya que palmarla, es "bueno" ser consciente del mal; necesitamos del contraste para que nuestra "praxis" se invierta. Invirtamos todas las connotaciones peyorativas que encierra la muerte, el mal y usémoslas en beneficio propio, un beneficio no egoista, sino filántropo. Matémosnos en vida por llegar al rosa. Michel Foucault, en su ensayo Microfísica del Poder, expone algo no demasiado lejano a parte de lo que aquí se plantea: la suma sinérgica de micro-acciones es más poderosa que la macroestructura, puede incluso que condicione su propio devenir....
16 comments:
(Aplausos) ¡Madre del amor hermoso! Me ha encantado leer esto en un blog en la era del "todo da igual, yo estoy OK"
Aura (rosa)
Vaya, serendipia again: justo después de redescubrir a la Pantera Rosa... la vie en rose. Bonito texto, aunque bastante expuesto. Me recuerda un pelín, salvando todas las distancias que se quieran, a lo que, por ejemplo, nuestro Eugenio Trías ha intentado hacer en su obra -desde cierto punto de vista-, esto es, salvar ciertos valores -o la posibilidad de crearlos- frente a toda la crítica "postmoderna". A mí Trias no me convence lo más mínimo, por lo demás, pero dar las razones sería demasiado largo, por no decir coñazo. Dejémoslo en que su, el de usted, texto mola.
qué bien!.. (mas aplausos)...yo creo que el todo da igual y el aburrido carpe diem es el camino mas facil... "sentarnos a verlas de venir"... siempre podemos involucrarnos mas... pero es mas fácil no hacerlo...
ma gustao!
A punto he estado de no leerlo, prefiero mantener mi angustia en niveles asumibles, pero no me ha angustiado nada la lectura, todo lo contrario. Y sí creo que tienes razón.
Un beso, Miriam G.
Estoy trabajando duro en ello, le informaré de mis progresos.
PD. En el fondo, sólo somos un ladrillo más en el muro...
Aura: sería mejor: "yo estoy Ok, pero no todo da igual". Me alegro de que le haya gustado.
La perse: le guste o no Trías, él es más conocido que yo, así que, de alguna manera, es un halago que le recuerde a él.
Achiperre: si no es más fácil, seguro que es más cómodo, en este mundo de la ley del mínimo esfuerzo.
Miriam: si te he animado en lugar de angustiarte no puedo pedir más.
theysa: all in all is just another brick in the wall. Ha visto la peli?
Un texto muy valiente, si señor.
Yo me quedo con la creacion de micro-espacios de cooperacion donde nos tratemos con critica pero con honestidad y cariño, como fines y no como medios. Esa es la unica manera de defenderse del "todo vale", del "hoy aqui, mañana quien sabe", de la entropia relativista.
Bueno, anda, si lo dicen todos esos...
es que yo soy más de la filosofía de bolsillo, esa de "vive y deja vivir". No, en serio, me ha gustado tu reflexión :)
besosonrisa
Dr.: muy acertado "tratarse como fines y no como medios"...creo que el contrario resume perfectamente el clima social que respiramos y es..asqueroso.
Bea: el problema es que la peña mete las narices donde no le importa, tan anodinas resultan ciertas vidas que el dejar vivir les supondría un vacío que les succionaría su precaria existencia.
Disculpe, pero, ¿por qué la antítesis de la negruzca muerte es la blanca filantropía? Coincido con usted en esa inversión positiva de energías, pero, a qué negar, no acabo de ver la relación. Un esfuerzo positivo no considero que deba ser siempre un acto benéfico para con el Otro. ¿Por qué se denosta la inversión energética para con uno mismo si puede llegar a ser mucho más enriquecedora, en ciertos momentos, que un acto filantrópico puro, al que nos cuesta tanto llegar por motivos ambientales? Ya ve, dudeo, y mucho...
demagógicamente le diré Maese que la filantropía es egoista, a quién produce satisfación si no el acto filántropo? A uno mismo en primer lugar. Ahora más en serio, la praxis que se invierte es como una reacción química reversible en ambos sentidos, si uno hace una inversión energética para consigo mismo, está de mejor rollo y por ende repercute en los demás postivamente. No somos entes burbuja aunque queramos, todas las partículas están relacionadas en mayor o menor medida, pero lo que es claro es que los sistemas aislados son sólo modelos físicos.
No planteo, aunque quizá esté mal redactado, una antítesis muerte-filantropía pero sí una hijo puta vs filántropo o buena gente.
u otra muerte vs vitalidad.
En todo caso Maese, le agradezco sus comentarios y que disienta en aspectos, es lo que hace que tengan sentido los post, la crítica y el debate constructivos.
Gracias y un saludo.
Me deja usted sin palabras, recurriré a las onomatopeyas.
Hhhhhhmmmmm
mmmmmmm
plas plas plas plas plas (elevado al infinito)
mari: qué onomatopeya más sugerente...
Genial el post, aunque no creo que la tónica general imperante del "todo vale" sea una consecuencia de la reflexión social y de la conciencia de que todo acaba. Más bien sería una consecuencia de la estulticia, la estupidez, la ausencia de esfuerzo de creatividad, etc, etc.....Aunque quien sabe. Hay quien opina que hacer el bien de forma desinteresada, es la forma más egoista de alimentar el ego....
En todo caso, la sonrisa la inversión el ser buena gente es un buen antitodoto contra la angustia. Al menos sino la calma, no la empeora. La religión como sistema de defensa contra la angustia de la vida finita tiene muy en cuenta los hechos apuntados, y además estéticamente es hermoso el acto colectivo de pensar en el bien ajeno.
Me parece una idea clara, transparente y a la vez líquida y distante, que se mueve decididamente hacia aquello que los grandes patafísicos promulgaban apropiándoselo de manera elocuente para llegar a algo que llegaría a ser una moralidad de lo siniestro revertida en una bondad risible por lo rosa: razonable como lo son el banco y, me atrevería a decir, el mismo negro.
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