Últimas noticias (la música del telediario de fondo, qué romántica por cierto): Alerta Roja, la guerra de las chucherías ha comenzado. Es un decir, llevamos tres generaciones de retraso noticioso y por ende desinformativo. Take it easy, mates. Don't worry be happy !. Cuentan ustedes con un corresponsal de lujo, avezado, intrépido, temerario si gustan, yo mismo, el Loco Oficial, destinado en todos los frentes abiertos y cerrados, entreabiertos y entornados, que les mantendré informado del transcurso de las operaciones del eje aliado y del cigüeñal desaliñado. No se pierdan la primera entrega just below. I'll be back! - Terminator extra-official Madcow dixit -
A doscientas millas al este de allí, Mack rumiaba unos hierbajos. Tenía los pies descalzos, torcidos hacia arriba mostrando unas plantas negras como tizones. Él, sin embargo, era extremadamente blanco; tanto que en verano no se le podía mirar directamente sin gafas protectoras, tal era la reverberación que el sol producía sobre su piel. Paradójicamente no se quemaba, no se atisbaba el más mínimo cambio en su pigmentación durante la época estival.
Una corriente de agua mortecina ronroneaba una antigua tonadilla blues del Delta, por todos conocida y apenas por algunos bien desafinada. Sonaba algo así: "churuck, you're so cruel, hanging by....think i got time for you? you're just somebody in the snow vagrant in your cripple eye and you'll find me in the glass...". Mack daba pequeñas cabezadas acompasadamente, al son de las aguas. Le estaba venciendo un agradable sopor verde. Apoyó una mano en la piedra que le servía de asiento y se incorporó a regañadientes. No le estaba permitido comerse la munición, ni siquiera la que había caducado, pues ésta era reciclada cerca del Gólgota y convertida en metralla. Ciertamente era un calvario aspirar el aroma que emanaba de las chocolatinas suizas, que se prendía en las hebillas de sus sandalias y alrededor de los dos únicos botones de su camisa de lino. El aroma daba tres vueltas a la izquierda y una a la derecha, que al final representaban dos únicas vueltas a la derecha y se quedaba allí el resto de la tarde, penduleando cuatro compases en semicorcheas, también desafinadas.
Rebuznó al intentar contener un bostezo que igualaba el azul del cielo y en siete zancadas y tres quintos inspeccionó la zona a su cargo. Ningún Charlie hambriento. A veces, emponzoñaban chupa-chups y caramelos y los dejaban cerca de los árboles como cebo para el enemigo. Lo que más le gustaba sin duda era fabricar un canuto de repetición con 3 regalices, dos negros a los lados, y uno rojo central, un poco más largo. Los unía hábilmente con chicle de fresa ácida bien masticado. Como proyectil usaba una mezcla de cereales azucarados al 50%, trigo y arroz inflados, que previamente había impregnado con curare de las selvas del Orinoco. Era un poco sibarita en sus gustos, todo hay que decirlo. El curare escaseaba, los indios no mostraban demasiada empatía y lo vendían caro. Al fin y al cabo no era su maldita guerra; ellos vivían felices con sus taparrabos, pescando pirañas octópodas con malformaciones y persiguiendo felinos salvajes. Pero Mack no tenía otro entretenimiento particular además de brear las orejas enemigas a canutazos más o menos certeros.
Quizá, lo meritorio de los combatientes a ambos lados, soslayando sus ideologías y condiciones varias, era su lucha individual, cada uno por su pellejo e inclusive todos contra todos. No había un objetivo definido, bueno, uno sí, no acabar con las reservas de azúcar, no desperdiciar el cacao, o de otro modo se acabaría la munición y consecuentemente la guerra en sí. Y nadie quería tal cosa. El comer y el guerrear sólo es el empezar se decían unos a otros. Una vez que estás en el ajo macho, le había dicho en cierta ocasión su tatarabuelo paterno a Mack, no hay vuelta de hoja. Así, a tiros, catapultando manzanas recubiertas de melaza, y usando pica-picas lacrimógenos, llevaban tres generaciones combatiendo. Los había incluso que batallaban en red desde su casa, que vigilaban sus tropas, o que se despertaban sobresaltados en medio de la madrugada por las piruetas de su busca. Alguien les hacía saber que sus tropas gaseosa, o sus comandantes arcillosos, se encontraban bajo amenaza DEFCON 2.
A doscientas millas al este de allí, Mack rumiaba unos hierbajos. Tenía los pies descalzos, torcidos hacia arriba mostrando unas plantas negras como tizones. Él, sin embargo, era extremadamente blanco; tanto que en verano no se le podía mirar directamente sin gafas protectoras, tal era la reverberación que el sol producía sobre su piel. Paradójicamente no se quemaba, no se atisbaba el más mínimo cambio en su pigmentación durante la época estival.
Una corriente de agua mortecina ronroneaba una antigua tonadilla blues del Delta, por todos conocida y apenas por algunos bien desafinada. Sonaba algo así: "churuck, you're so cruel, hanging by....think i got time for you? you're just somebody in the snow vagrant in your cripple eye and you'll find me in the glass...". Mack daba pequeñas cabezadas acompasadamente, al son de las aguas. Le estaba venciendo un agradable sopor verde. Apoyó una mano en la piedra que le servía de asiento y se incorporó a regañadientes. No le estaba permitido comerse la munición, ni siquiera la que había caducado, pues ésta era reciclada cerca del Gólgota y convertida en metralla. Ciertamente era un calvario aspirar el aroma que emanaba de las chocolatinas suizas, que se prendía en las hebillas de sus sandalias y alrededor de los dos únicos botones de su camisa de lino. El aroma daba tres vueltas a la izquierda y una a la derecha, que al final representaban dos únicas vueltas a la derecha y se quedaba allí el resto de la tarde, penduleando cuatro compases en semicorcheas, también desafinadas.
Rebuznó al intentar contener un bostezo que igualaba el azul del cielo y en siete zancadas y tres quintos inspeccionó la zona a su cargo. Ningún Charlie hambriento. A veces, emponzoñaban chupa-chups y caramelos y los dejaban cerca de los árboles como cebo para el enemigo. Lo que más le gustaba sin duda era fabricar un canuto de repetición con 3 regalices, dos negros a los lados, y uno rojo central, un poco más largo. Los unía hábilmente con chicle de fresa ácida bien masticado. Como proyectil usaba una mezcla de cereales azucarados al 50%, trigo y arroz inflados, que previamente había impregnado con curare de las selvas del Orinoco. Era un poco sibarita en sus gustos, todo hay que decirlo. El curare escaseaba, los indios no mostraban demasiada empatía y lo vendían caro. Al fin y al cabo no era su maldita guerra; ellos vivían felices con sus taparrabos, pescando pirañas octópodas con malformaciones y persiguiendo felinos salvajes. Pero Mack no tenía otro entretenimiento particular además de brear las orejas enemigas a canutazos más o menos certeros.
Quizá, lo meritorio de los combatientes a ambos lados, soslayando sus ideologías y condiciones varias, era su lucha individual, cada uno por su pellejo e inclusive todos contra todos. No había un objetivo definido, bueno, uno sí, no acabar con las reservas de azúcar, no desperdiciar el cacao, o de otro modo se acabaría la munición y consecuentemente la guerra en sí. Y nadie quería tal cosa. El comer y el guerrear sólo es el empezar se decían unos a otros. Una vez que estás en el ajo macho, le había dicho en cierta ocasión su tatarabuelo paterno a Mack, no hay vuelta de hoja. Así, a tiros, catapultando manzanas recubiertas de melaza, y usando pica-picas lacrimógenos, llevaban tres generaciones combatiendo. Los había incluso que batallaban en red desde su casa, que vigilaban sus tropas, o que se despertaban sobresaltados en medio de la madrugada por las piruetas de su busca. Alguien les hacía saber que sus tropas gaseosa, o sus comandantes arcillosos, se encontraban bajo amenaza DEFCON 2.
11 comments:
Dos microrrelatos mogollón de rallantes. Yo quiero escribir así de bien cuando sea mayor.
Bien. Aceptable su prosa. Algo locuaz y a ratos mordaz. Buen blog. Me anima usted y escribiré algo en http://elcrisoldelalquimista.wordpress.com/,. Espero su visita. Saludos
Sólo diré una cosa: Grandioso.
Esto va in crescendo. Un problema, no más: imposible la lectura sin echar mano de alguna gominola o chocolatina que llevarse a los dientes, ya se lo digo.
Ahora se ha hecho usted cronista... Madre, que vuelvo de unos días sin leer blogs y le encuentro muy productivo. He aprovechado para escuchar sus recopilatorios caseros y he de decirle que no son recomendables para la hora de la siesta, por lo menos así lo he vivido.
¿Qué más? Decrepit está muy emparentado con la idea de carroña que quería desarrollar en mi blog. ¿Por qué será que la oscuridad me resulta tan luminosa?
Ah, y me ha encantado lo de "sopor verde"
Un saludo.
Perse: o de pequeña...porque yo soy pequeño.
Anónimo: ya he pasado por ahí a estrenar su recién abierto espacio.
Mari: sólo diré otra cosa, gracias.
Maese: pues haga buen acopio de chucherías varias porque creo que habrá más capítulos.
Aura: tiene usted toda la razón o al menos en parte yo qué sé...pero sin duda cada música reclama su momento propio...(llevo media hora pensando qué música enchufo hoy para ir al curro)...y el mathrock, o mejor temas de mathcore como converge o despised icon no son ni de coña siesteros...pero me ha dado una idea...en los próximos posts musicales indicaré la posología con sus horas de toma..
En su post Frirt Neoplatónico le dije que le dedicaba Decrepit porque me vino la idea del post nada más leer el suyo, así que agradecido le quedo.
Un saludo.
pff... más rayante que el otro.. pero mu wapo!..
la primera parte me encanta. "Cuentan ustedes con un corresponsal de lujo, avezado, intrépido, temerario si gustan, yo mismo, el Loco Oficial, destinado en todos los frentes abiertos y cerrados, entreabiertos y entornados"
Saludossss
Original y delicioso. Iba por la mitad del post y aparecieron delante de mis ojos unas cuantas pastillas de leche de burra. No las comí porque supuse estaban caducadas, pero salgo a la carrera a por unos ositos de gominola, que tengo mono atroz.
Te tendré en mis miramientos.
Saludos.
Yo hace 5 d�as dej� un comentario en esta entrada �Lo has borrado? S� que no, pero yo aprecio a blogger tanto como t� al pop espa�ol...
Te debe haber gustado mucho Lapido, que tan acaparado te tiene, que no actualizas ni de casualidad...
Buen fin de semana si no nos vemos hasta el lunes.
Un beso, Miriam G.
Para muestra un botón, acaba de destrozarme el mensaje el blogger este de los ...
Magnifica continuación del sueño despierto. Me han gustado los colores, los aromas que se enredan en el detalle descriptivo y la música que envuelve todo chocolatinas, hebillas, camisas y aroma,
Por Dios es dificil escribir así con cierta continuidad. Es fresco y chispeando como un chupachup mojado en pica-pica.
Es también un tributo a la infancia y a sus travesuras.
Felicitaciones y un canuto con abundantes proyectiles.
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