Wednesday, 16 January 2008

EL SENTIMIENTO TRÁGICO DE LA VIDA

Aunque es claro que muchas construcciones de la antigüedad siguen en su orientación un patrón determinado dependiente de la cultura que las construyó, durante mucho tiempo numerosos arqueólogos han mantenido reacciones hostiles frente a las propuestas de interpretación astronómica de la mayoría de los monumentos megalíticos.
Esta actitud sigue muy extendida en nuestros días pues, hasta el momento, no se había hecho una clara distinción entre hechos e interpretaciones. Los filosofos de la ciencia sostienen que es imposible tal distinción porque los hechos "están cargados de teoría" y el científico, cuando mide acimutes, por ejemplo, ya está prejuzgando qué datos son los interesantes y, por tanto, anticipando a priori cualquier tipo de interpretación posterior.
El arqueoastrónomo debería adoptar la siguiente premisa como punto de partida para su trabajo: "testis unos, testis nullus", lo que quiere decir que un único ejemplo de algo, por muy contrastado que esté y muy espectacular que sea, no prueba nada. Se debe recurrir, a la hora de extraer conclusiones, a un estudio estadístico y dar validez a las diferentes hipótesis según el peso estadístico que nos proporcione la muestra de los yacimientos estudiados.
Si en una determinada cultura, en una cierta región, la orientación de los edificios sagrados sigue un patrón determinado, dentro de un rango relativamente estrecho de acimutes, es ésta una propiedad de gran peso que no podemos obviar y que no ha ocurrido por casualidad. Cabría discutir cuál es el patrón real, o incluso la finalidad, pero la propia existencia de una costumbre, que implica por sí misma la no aleatoriedad, es un hecho indiscutible.
Que pueblos distantes temporalmente de nosotros 5000 años llevaran a cabo semejantes proezas me hace plantearme su afán de trascendencia. Se experimenta algo especial al pie de un dolmen cuya cúpula pesa en torno a 150 toneladas y está orientado a la salida del sol. Estos monumentos funerarios no tienen una finalidad práctica alguna. Se construyeron únicamente pensando en su perdurabilidad, en su trascendencia hacia el futuro.

El otro día no pude por menos que sonreír cuando alguien aventuró ciertos comentarios banales sobre Unamuno, menospreciando su pensamiento, trivializándolo. Fué algo así como "Unamuno fue un "figurón", las cosas que él se planteaba con 50 años las pensaba yo con 13". Recordé entonces la que para mí es la idea central de Don Miguel: "el querer creer". Es la misma idea plasmada de diferente manera en dos de sus obras: "San Manuel Bueno y Mártir" y "El Sentimiento Trágico de la Vida". Nuestros antepasados, no sé si con 13 o con 50 años, probablemente antes de llegar a la cuarentena porque la esperanza de vida era muy exigua en aquellos tiempos, ya experimentaban ese sentimiento unamuniano y trágico de la vida, ese "querer creer". Desde luego, antes que Unamuno, muchos han tenido esa sensación, consciente o inconscientemente, esa angustia vital que les llevó a mover piedras de 150.000 Kg, hace 5000 años, distancias de, en algunos casos, decenas de kilómetros, simplemente por el hecho de trascender. Creo que lo han conseguido, llevan vivos 5000 años; su vida está en aquellos que visitan los túmulos, los cromlech, los dólmenes, los menhires....

Cuando comentaba en el primer párrafo la postura "ideal" que debería adoptar un arqueoastrónomo, recurriendo a una base científica más o menos sólida como la que puede proporcionar la estadística podría, dejándome llevar por el sentimiento unamuniano, haber matizado lo siguiente: Si en un determinado momento se descubriese tan sólo un ejemplo de construcción megalítica con cierta orientación y se aventurara una hipótesis no contrastable por falta de construcciones similares, el científico debería hacer entonces como San Manuel Bueno y Mártir, "querer creer" que no es un fenómeno aislado, que no es producto de la casualidad, sino que hay algo más allá, algo encerrado que trasciende, no sólo a los constructores sino a sus descendientes en el "mundo moderno" y, sin embargo, con los mismos pesares, que ahora contemplan sus obras.

Este post se lo dedico a Ángel con el que, de muy niño, ya daba saltos de cabra de castro en castro, y con el que sigo hundiendo los pies en la turba buscando alineamientos pétreos mientras me empapo bajo la lluvia. Gracias Ángel.

Para saber más: Dólmenes

12 comments:

canicaroja said...

Hola loco, no se mucho de alineamientos petreos, pero me ha entrado la risa cuando has mencionado el comentario sobre Unamuno y me han venido a la mente unas cuantas historias más. ¿qué vidas estará viviendo ahora nuestro personaje de ficción?

Por cierto, ¿no vas a enseñarnos más fotos de entre las elegidas?

Anonymous said...

Hombre, Unamuno podía ser de todo, primitivo, problemático, arcaico a veces, pero... un figurón... ¡desde luego que no! No te me ofendas loco, pero es que cuando afirmaba cosas como que... la guerra es cultura... pues chico, tampoco. Un abrazo fuerte, Am

Miriam G. said...

Leo el título, veo la foto, y a puntito he estado de no leerlo, que una tiene el corazón muy delicado.

Me gusta que sigas hundiendo los pies en la turba.

Un beso, Miriam G.

Aura said...

Todavía degustando lo que ha escrito, loco. Si vamos a ver menos a menudo sus letras valdrá la pena esperar para encontrarnos cosas como ésta.
No querer creer, sino creer, simplemente. Hay una fina línea divisoria entre ambas posibilidades. ¿Por qué no creer? Si es lo que cree uno... Es mucho más difícil ir a contracorriente de nuestras propias verdades.
Perdone la disgresión, y un saludo.

:)

el loco oficial said...

canicaroja: lo ignoro pero seguro que las cuenta en sus próximos periplos...pondré alguna más, no te impacientes jeje.
Andrés: Unamuno seguramente fue un tipo interesante, yo no lo conocí jeje. Hay una cosa que me resulta curiosa: la mayoría de los filósofos lo denostan, ni siquiera lo consideran uno de los suyos cuando media hora después te dicen que filósofos somos todos, en qué quedamos?
Miriam: Pues el ir a conciertos de rock'n'roll no sé si es muy indicado para gente de corazón delicado jajajaj
Aura: gracias, es usted un sol, y gracias también por la digresión. Creo que Unamuno también decía que la "libertad es directamente proporcional a la cantidad de sufrimiento"...pues creo que usted y yo le damos la vuelta, elegimos creer libremente y experimentamos lo contrario al sufrimiento. Un saludo. (y como bien apunta, uno no puede negarse a sí mismo)

Anonymous said...

Bueno, que decir, casí estoy sin palabras. El artículo me paece genial y redondo. Haciendo un poco de chiste que tienen en común: el universo, los megalitos, las catedrales, Unamuno, la nngustia de saber que se ha de morir y no querer desaparecer del todo, el afan de transcendencia....y por otro lado las ealidades cotidianas.
Respues: premio, lo adivino, nada. Lo primero son cosas grandes, auténticas, sublimes... lo segundo absurdas insignificancias...

Saludos, codiales. Estoy seguro que los ángeles también disfrutan sobre manera de los locos como Ud.

Werewolfie said...

Credo quia absurdum, dijo alguien por ahí... Muy interesante, la entrada. De todos modos, por la parte de filosofía de la ciencia, justamente las críticas de autores como Hanson (sobre la carga teórica de la observación) y en especial de los autores posteriores a Carnap y los vieneses (que ya incidieron sobre las cuestiones estadísticas en su búsqueda de criterios de lo científico) como Feyerabend, Kuhn, Lakatos, Latour y muchos otros hacen problemático que, a día de hoy, pueda afirmarse que la estadística pueda proporcionar "una base científica más o menos sólida". Ojalá fuera tan sencillo. Más interesante me parece la posibilidad sugerida de abrir los restringidos campos de la teoría-paradigma tecnocientífico vigente para dar entrada a hipótesis multidisciplinares, incluso no-científicas...

el loco oficial said...

Letnikov: Gracias...:)

Muchas gracias Perse, sobre todo por tus aportaciones y comentarios, siempre muy interesantes.

Miriam G. said...

Me refería loco al otro corazón, y lo sabes. Ja, ja, ja... Vale que soy vieja, pero ya verás que entretenido es ir a un concierto con Miriam G.

Un beso

Marisabidilla said...

Hay que ver! ¿cómo lo hace?. San Manuel Bueno Mártir, languidece en el mueble de la sala de estudio, virgen aún, y ha tenido que ser usted el que despierte mi curiosidad. Gracias...

A. said...

Se que existe, o por lo menos lo creo, pero, por así decirlo, aún no la he mirado a los ojos..

Gracias por haberte pasado por mi blog ;)

Muaa

EL INSTIGADOR said...

Aquí me tiene Vd. sentado con el portátil en las rodillas y los pies metidos en una palangana, haciéndome unos pediluvios para ablandar un callo que tengo como un menhir. Me deja Vd. anonadado con este post que volveré a leer para sacarle todo el jugo.

¡Manoli, echa un poco más de bicarbonato que lo mismo el ojo de gallo tiene mas de 5000 años!

Un fuerte abrazo.